¿Qué es LGV?

LGV significa “linfogranuloma venéreo”, un tipo de clamidia que se ha vuelto más común entre los hombres que tienen sexo con hombres desde principios de la década del 2000. Por lo general, es más grave que otros tipos de clamidia.

¿Cómo se contagia el LGV?

Puedes contagiarte LGV al tener sexo anal, oral o vaginal sin protección, al practicar el beso negro sin protección o al compartir dedos o juguetes sexuales con alguien que esté infectado. En Irlanda, un alto número de hombres a quienes se les ha diagnostica LGV también padecen VIH; sin embargo, no es necesario ser seropositivo para tener LGV.

¿Cuáles son los síntomas?

Si presentas algunos de los síntomas que figuran a continuación, solicita una cita para hacerte un control en la clínica especializada en salud sexual más cercana.

Los síntomas suelen aparecer alrededor de tres días a tres semanas luego del contacto sexual. En el caso de los hombres que tienen sexo con hombres, la mayoría de las veces el LGV aparece en el recto, pero también puede afectar las siguientes partes del cuerpo:

  • Ano: inflamación rectal, dolor, supuración y sangrado. Genera la sensación de que debes ir al baño todo el tiempo. También se puede sufrir de estreñimiento o diarrea.
  • Pene: ampollas o llagas que no causan dolor, supuración, inflamación en el área de la ingle.
  • Boca: dolor de garganta, inflamación de las glándulas del cuello.

¿Qué implica una prueba de LGV?

Si eres un hombre que tiene sexo con hombres que tal vez padezcan LGV, recurre a una clínica especializada en salud sexual, donde te harán un hisopado para tomar muestras de, por ejemplo, el recto. Primero, las muestras se analizan en busca de clamidia. Si el resultado es positivo, luego también se analizan en busca del tipo de clamidia que causa el LGV.

¿Qué implica el tratamiento?

El tratamiento consiste en la administración de antibióticos durante tres semanas. Por lo general, no deja secuelas, siempre y cuando la infección se trate lo suficientemente pronto.

Además, te recomendarán que no tengas sexo, incluso con condones, hasta tres semanas luego de que tú (y tu pareja) hayas terminado el tratamiento y no presentes síntomas. Una vez finalizado el tratamiento, te pedirán que regreses para hacerte otra prueba, a fin de confirmar que ya no estás infectado.