Disfruta de tu vida sexual

Mantener relaciones sexuales con otra persona puede ser una experiencia intensa que absorbe gran cantidad de energía física y emocional.

Los efectos psicológicos y sociales de convivir con el VIH a veces tienen como consecuencia una pérdida del interés en el sexo. Mientras que a algunos hombres no les preocupa este cambio, para otros, la expresión sexual es una parte muy importante de quiénes son.

Es común perder el interés en el sexo o experimentar ciertas dificultades como, por ejemplo, tener una erección o mantenerla. A menudo, estas situaciones se complican aún más debido a un diagnóstico de VIH positivo.

A veces, la causa puede ser física, como sentirse cansado o enfermo. En otros casos, puede que tus niveles de testosterona hayan disminuido. Algunos hombres tienen problemas con el uso de condones, y el consumo de drogas recreativas o alcohol puede afectar nuestro placer sexual.

A veces, las dificultades sexuales se deben a nuestros propios pensamientos y sentimientos, como la preocupación de transmitirle una infección al otro o el estar demasiado consciente de la imagen corporal.

Las preocupaciones y presiones para revelar el estado serológico, la estigmatización, la discriminación y el rechazo sexual plantean desafíos. Todo este tipo de problemas puede presentar un obstáculo para el tipo de sexo que buscas.

Lo que deseamos en el sexo y en nuestras relaciones varía según el momento. A veces, el sexo no se trata de una conexión emocional. En algunos casos, se trata de deseos más básicos.

Mantener la erección

Las dificultades relacionadas con la erección afectan a muchos hombres, incluso a aquellos que padecen VIH.

Entre estas dificultades se encuentran las siguientes:

  • no conseguir una erección;
  • una erección que dura poco;
  • la dificultad para tener una erección al usar condones.

Los problemas de erección pueden dar pie a que algunos hombres prefieran no usar condones. Otros asumen el rol pasivo (receptivo) para resolver el problema de este modo.

Si los condones interfieren en tu erección, tal vez sirva que la otra persona te lo ponga, o bien utilizar un tamaño diferente.

Un anillo para el pene puede frenar el flujo sanguíneo proveniente del pene una vez que hayas logrado la erección, lo que te ayudará a mantenerla. Apretar la base del pene puede tener el mismo efecto. Otras formas de mejorar la erección incluyen hacer más actividad física, seguir una dieta baja en grasas y dejar de fumar.

Usar medicamentos para la erección, como el Viagra™, no es seguro para todo el mundo, pero, por lo general, puede ayudar. Estos fármacos aumentan el flujo sanguíneo hacia el pene, ayudan a conseguir una erección, y hacen que sea más fuerte y duradera.

Es importante ser consciente de que la causa subyacente de los problemas de erección puede tener que ver con tu salud mental y emocional. Los medicamentos para la erección tratan el síntoma, pero no la causa del problema. Si, por ejemplo, todavía tienes erecciones por la mañana, probablemente estos medicamentos no sean la solución. Si tienes dificultades constantes para llegar a la erección, considera hablar con un médico u otro profesional sanitario con quien te sientas cómodo para hablar de tu vida sexual.

El Viagra™ solo debe tomarse cuando lo prescriba un médico.

Los medicamentos a base de hierbas para la erección pueden obtenerse por Internet y, a veces, en los saunas. Es importante ser consciente de los riesgos de adquirir medicamentos por Internet. Ten presente que algunos medicamentos pueden interactuar entre sí.

Tu salud sexual

Conocer tus necesidades sexuales y planificar con antelación pueden resultar una estrategia importante para mantener tu salud sexual.

Prepararse para enfrentar riesgos también es una forma de garantizar tu salud. Sé consciente y mantente informado sobre los riesgos que tener sexo representa para tu salud y la forma de minimizarlos sin dejar de procurarte placer.

El sexo seguro y placentero comienza cuando cada integrante de la pareja asume la responsabilidad mutua de protegerse el uno al otro y a sí mismo. Esta medida se puede mejorar aun más al comprender de antemano los riesgos relacionados con mantener relaciones sexuales y, luego, negociando el tipo de sexo que ambos quieren y llegando a un acuerdo.

Si bien los condones ofrecen la mejor protección, recuerda que lo que se considera sexo más seguro para prevenir la transmisión del VIH puede no proteger contra otras infecciones de transmisión sexual como la sífilis o la gonorrea, o contra infecciones intestinales como la Shigella.

Los hombres que conviven con el VIH tal vez quieran considerar participar en actividades sexuales que disminuyen el riesgo de contraer otras ITS.

Si llevas una vida sexual activa, en especial si tienes sexo con parejas sexuales casuales o que no frecuentas a largo plazo, es recomendable que te hagas pruebas de ITS regularmente.

Tu placer sexual

El placer sexual puede depender de muchos factores y circunstancias: el tipo de sexo que quieres, dónde te encuentras con la otra persona (en casa, por Internet, en un sauna, el cine, un cuarto oscuro, una discoteca, un bar, una fiesta), quién es (ya sea que solo vas a tener sexo casual o relaciones más íntimas), y si estás consumiendo alcohol o drogas recreativas.

Sin importar el tipo de placer sexual que busques, cuando consideres cualquier acto sexual, ten en cuenta el siguiente principio básico:

Para que el VIH se transmita, el semen o la sangre infectados con VIH tienen que ingresar en el torrente sanguíneo de una persona a través de una herida en la piel (o membrana mucosa).

El sexo anal sin condones es la forma más común de transmisión del VIH entre dos hombres, sobre todo si la pareja seropositiva adopta el rol “activo” (penetrador).

Si el integrante seropositivo es “pasivo” (receptivo), el hombre seronegativo todavía se encuentra en riesgo de contraer VIH si hay sangre que pueda ingresar en el cuerpo a través del orificio del pene. El VIH también puede ingresar a través de heridas y llagas si se padece otra infección, por ejemplo, verrugas genitales o sífilis.

El uso de condones para el sexo anal es la mejor forma de prevenir la transmisión del VIH y muchas otras ITS.

El sexo oral representa muy poco riesgo de contagio del VIH. Sin embargo, si eres seropositivo y asumes el rol activo (dador), el riesgo es mucho más alto si eyaculas en la boca de una pareja seronegativa, sobre todo si tu pareja tiene úlceras, encías sangrantes o la garganta irritada.

El sexo oral tosco o la práctica de garganta profunda pueden provocar pequeñas heridas en el revestimiento de la garganta, lo que aumenta el riesgo de contagio. Cepillarse los dientes puede lastimar las encías y hacer que sangren, lo que también aumenta el riesgo de infección.

Usa un condón para el sexo oral, a fin de reducir el riesgo, y evita cepillarte los dientes antes de practicar este tipo de sexo.

La práctica del beso negro (rimming) solo es riesgosa si hay sangre presente. El beso negro puede representar un riesgo mayor para la transmisión de otras ITS, por ejemplo, la hepatitis A o infecciones intestinales como la Shigella.  Para reducir los riesgos asociados con esta práctica, se pueden utilizar una presa dental o un condón con sabor cortado en forma de cuadrado, colocados sobre el ano.

Los juguetes sexuales solo presentan riesgo de transmisión del VIH y otras ITS si se comparten y no se limpian adecuadamente (con agua caliente y jabón). Algunas personas ponen condones a los juguetes y cambian de condón al compartirlos. Otros prefieren no compartir y solo usan sus propios juguetes.

El fisting o penetración con la mano o con el puño presenta escaso riesgo de contagio del VIH. Es recomendable usar guantes de látex y gran cantidad de lubricante para reducir los riesgos asociados con esta práctica. Además, es más seguro no participar en actividades de fisting antes de tener relaciones sexuales con penetración, ya que puede provocar sangrado y, por lo tanto, aumentar el riesgo de transmisión del VIH durante el sexo anal, en especial si no se utiliza condón.

Besar, chupar, masturbarse, tirar de los pezones, tocarse, frotarse, dar masajes, dar nalgadas, acariciar y la lluvia dorada son todas prácticas seguras. Usar las manos o los dedos (no compartirlos) para la penetración anal también es seguro, siempre y cuando no haya heridas, llagas o raspones en las manos.

Algunas infecciones bacterianas, como la Shigella, que afectan al intestino y causan diarrea grave, se contagian al introducir bacterias en la boca.  Lavarse las manos y ducharse pueden reducir enormemente el riesgo de transmisión e infección.

Sexo con otros hombres seropositivos

Algunos hombres seropositivos prefieren tener sexo únicamente con otros hombres que sean seropositivos.

En ocasiones, esto se denomina “seroselección” (“serosorting”).

A lo mejor decides no usar condones porque ambos son VIH positivo.

Algunos hombres sienten que el sexo sin protección con otros hombres seropositivos puede aumentar el placer y evitar la estigmatización relacionada con el VIH.

De todas formas, es importante plantearse los riesgos que representa esta práctica para la salud:

  • La hepatitis C es una grave infección del hígado y puede contagiarse a través del sexo anal sin protección si hay presencia de sangre. La coinfección con el VIH puede provocar que la afección hepática se desarrolle más rápido y revista mayor gravedad.
  • Hay otras ITS que se pueden contraer a través del sexo sin protección.
  • A veces, suponemos o creemos que hemos adivinado el estado serológico de alguien. Quizá conoces a alguien en un sitio de Internet o en un lugar específico donde se da por sentado cierto estado de VIH. Sin embargo, a menos que hables del tema, probablemente no tengas la certeza de que la otra persona es seropositiva.