Hepatite B

Actualización abril de 2024

La hepatitis B es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis B. La infección puede ser una enfermedad aguda de corta duración, generalmente con recuperación completa, o puede volverse crónica (a largo plazo) en una pequeña proporción de casos. La infección crónica pone a las personas en riesgo de cirrosis y cáncer de hígado. Hay tratamiento disponible para las personas con hepatitis B crónica.

Durante los últimos seis meses, ha habido un aumento en el número de casos de hepatitis B aguda reportados en Irlanda. Estos casos se han visto principalmente en hombres homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres

La hepatitis B puede ser muy infecciosa y se transmite con facilidad a través de cualquier tipo de acto sexual, y también al compartir agujas.

Usar billetes para inhalar drogas y compartir equipo para inhalar también puede propagar virus como la hepatitis de persona a persona. Siempre es más seguro no usar drogas; si lo haces, sigue nuestro consejo de reducción de daños para la cocaína.

Sin embargo, la hepatitis B se puede evitar al hacerse pruebas y vacunarse.

Muchas personas no notan síntoma alguno de hepatitis, sobre todo al principio.

Sin embargo, también hay quienes padecen una enfermedad aguda con síntomas que duran varias semanas, como la coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, heces (caca) pálidas, cansancio extremo, náuseas, vómitos y dolor abdominal. En muy pocos casos, la enfermedad aguda puede generar insuficiencia hepática aguda, que puede causar la muerte. Esta última consecuencia es muy poco frecuente.

Para determinar si tienes hepatitis B, te harán un análisis de sangre. El médico te pedirá que te sometas a ciertas pruebas, según las circunstancias, y te explicará el significado de cada resultado.

Algunas personas se curan solas. En otros casos, es necesario tratar la enfermedad para erradicar el virus. Si la infección permanece en el cuerpo (es decir, si es crónica), se pueden controlar los síntomas mediante la administración de determinados medicamentos a largo plazo y, de este modo, también se pueden evitar daños más adelante (por ejemplo, cirrosis o cáncer de hígado).

Tanto la hepatitis B como la hepatitis A pueden prevenirse con vacunación. Las vacunas contra la hepatitis son seguras y están disponibles de forma gratuita en los servicios de salud sexual. Si tienes una tarjeta médica, también puedes obtener la vacuna de forma gratuita en tu médico de cabecera. Si no tienes una tarjeta médica, aún puedes obtener la vacuna de forma gratuita, pero habrá un cargo de administración.

Normalmente, la vacuna se administra durante varios meses e implica tres inyecciones. Se te pedirá que regreses después de completar el curso para un análisis de sangre para verificar cómo has respondido. Algunas personas responden muy bien y nunca necesitan ser revisadas nuevamente, otras responden menos bien y pueden necesitar refuerzos en el futuro. Un pequeño número de personas no responde a la vacuna.

Obtén más información sobre la vacuna contra la Hepatitis A y B.